Estrategia estridente
Bien lo comentó nuestro trainee de canciller favorito “Que no se confunda la falta de estridencia con la falta de estrategia.”
¿Es de verdad buena la estrategia (si es que la hay) que el gobierno está desarrollando para impulsar la economía frente a una muy denostada relación con nuestro vecino norteño?
Desde que Trump llegó a la casa blanca el 20 de Febrero, comenzó a “cumplir” varias de sus propuestas como candidato, una de ellas fue la renegociación del TLC, dejando muy claro que a través de éste, obligaría a México a pagar el bonito muro que nos tiene preparado. Luego, nuestro vecino liderado por el Primer Ministro con las pompas más redondas y perfectas (sí, Canadá) mandó decir que sí somos amigos, pero que no tanto. Así que decidían negociar con Trump sin México.
De esta manera México se quedó solo en la negociación y sí, suena a historia trágica porque lo es, no por el hecho de ser abandonado en dicho convenio, sino por hacer oídos sordos a la ayuda brindada por países que encuentran interés en esta, la tierra de los chilitos toreados y las quesadillas con o sin queso.
México tiene la oportunidad de renegociar o cancelar el TLC en aras de tratar con integrantes del G-20: India, China, Brasil y Sudáfrica) y moverse a nuevos mercados con nuevas posibilidades, que si bien de manera individual no representan el mismo flujo de inversión por parte de los Estados Unidos de América, deberá buscarse eso, no poner todos los granos dentro de la misma bolsa y percibir muchas inversiones significativas en lugar de una sola muy grande.
No es ninguna falacia que otros países han ofrecido abiertamente comercio con México. Algunos son grandes potencias como Holanda, otros recuperando su estabilidad como España y otros tantos con una tendencia de desarrollo a la alza. Creo que de todos estos podemos obtener un beneficio y demostrar que tenemos la capacidad de crecer económicamente y demostrar que podemos avanzar sin depender de Estados Unidos.
Sin embargo, nuestro canciller Videgaray sigue empeñado en componer una relación que no pinta ni pintará nada bien los próximos 4 años. Pero como esposa maltratada, seguimos ahí porque “seguro va a cambiar”.